La construcción de poderes dese las
radios populares: Nuevo desafíos político- comunicativos
Las
radios populares han representado un espacio de poder, y no hablamos de poder
autoritario sino, un poder de querer cambiar, de poder mejorar en las radios
populares, para ello se ha de haber empleado algunas estrategias las cuales han
permitido conseguir lo que se ha querido.
Si
retrocedemos algunos años, veremos que las radios populares facilitaron la alfabetización
de las poblaciones indígenas y campesinas. Las radios populares se percataron
de que la opresión social y la miseria eran consecuencia de unos actores que habían
acumulado poder, porque históricamente de habían apropiado de la tierra y de la
fuerza de trabajo de los sectores populares. Y es que lamentablemente en el
mundo existirá aun la mala justicia que siempre optara por la gente con clase, menospreciando
al campesino, al mendigo, al ciego, etc.
Desde
ese entonces las radios populares pasaron
a ser radios educativas, Por eso, a pesar de que las radios populares
pocas veces confrontaron abiertamente los sistemas y las políticas educativas
oficiales, fueron reconocidas como lugares de aprendizaje, de producción de un
saber cercano y colectivo reivindicado como propio por diversas comunidades.
Los
indígenas desde su movimiento nacional
luchaban contra la sanción de una ley de tierras que amenazaba destruir su
cultura y sus posibilidades de vida. Es así que el diario la república apoya a
estos indígenas a defender sus derechos, dejando que cada quien se expresara a
su manera y en defensa propia. Nos mencionan también que en algunas ocasiones
la radio era la voz de los sin voz. Pero no tener voz equivalía a haber perdido
la palabra propia que debía recuperarse para hacer posible la liberación de
toda opresión. En otras experiencias, la idea de unas mayorías “sin voz” a la
cual debía dársela fue discutida y revisada fueron las que propugnaron “dejar
oír la voz del pueblo” o “abrir los micrófonos” para que ella se escuchara.
También
se dio dominio hacia los más pobres, los sometían al cumplir lar órdenes de los
de las clases sociales altas bajo sus propios intereses. Las emisoras operaron como
espacios de mediación e inter relaciona miento; de encuentro y diálogo.
Experiencias
como ésas muestran de qué modo las radios han asumido también su ciudadanía, al
asumir solidariamente demandas y propuestas de organizaciones y grupos
sociales, pero también interviniendo con autonomía, con iniciativa y voz
propia, remodelando las lógicas que escamotean, que encubren la condición de
actores políticos de los medios de comunicación. En ese terreno, las luchas por
los derechos a la información y la comunicación emergen como un campo de acción
inexorable para las radios populares. Sabemos que el panorama legislativo y las
políticas públicas de comunicación dominantes en nuestro continente restringen
esos derechos e incluso en muchos casos ponen en inferioridad de condiciones y
hasta en riesgo a las radios populares.
Son
esas demandas colectivas las que constituyen eso que hoy nombra la ciudadanía
ya no como un grupo de individuos poseedores legalmente de ciertos derechos y
obligaciones, sino como actitud y condición asociada a la reivindicación de ser
y contar, de tener arte y parte en las decisiones que afectan a la vida en sus
múltiples dimensiones, por fuera de modos esencialistas de reducir la
marginación a aspectos puramente económicos y de reducir los individuos a su
pertenencia a un determinado sector social.
Ahora
bien, seamos conscientes de que podemos mejorar en nuestro país, y mucho más
aun sabiendo que nuestro Perú, puede. Debemos actuar libremente, sin miedo a
ser escuchados… el éxito del Perú está en tus manos y en mis manos