martes, 30 de abril de 2013


La construcción de poderes dese las radios populares: Nuevo desafíos político- comunicativos

Las radios populares han representado un espacio de poder, y no hablamos de poder autoritario sino, un poder de querer cambiar, de poder mejorar en las radios populares, para ello se ha de haber empleado algunas estrategias las cuales han permitido conseguir lo que se ha querido.
Si retrocedemos algunos años, veremos que las radios populares facilitaron la alfabetización de las poblaciones indígenas y campesinas. Las radios populares se percataron de que la opresión social y la miseria eran consecuencia de unos actores que habían acumulado poder, porque históricamente de habían apropiado de la tierra y de la fuerza de trabajo de los sectores populares. Y es que lamentablemente en el mundo existirá aun la mala justicia que siempre optara por la gente con clase, menospreciando al campesino, al mendigo, al ciego, etc.
Desde ese entonces las radios populares pasaron  a ser radios educativas, Por eso, a pesar de que las radios populares pocas veces confrontaron abiertamente los sistemas y las políticas educativas oficiales, fueron reconocidas como lugares de aprendizaje, de producción de un saber cercano y colectivo reivindicado como propio por diversas comunidades.
Los indígenas  desde su movimiento nacional luchaban contra la sanción de una ley de tierras que amenazaba destruir su cultura y sus posibilidades de vida. Es así que el diario la república apoya a estos indígenas a defender sus derechos, dejando que cada quien se expresara a su manera y en defensa propia. Nos mencionan también que en algunas ocasiones la radio era la voz de los sin voz. Pero no tener voz equivalía a haber perdido la palabra propia que debía recuperarse para hacer posible la liberación de toda opresión. En otras experiencias, la idea de unas mayorías “sin voz” a la cual debía dársela fue discutida y revisada fueron las que propugnaron “dejar oír la voz del pueblo” o “abrir los micrófonos” para que ella se escuchara.
También se dio dominio hacia los más pobres, los sometían al cumplir lar órdenes de los de las clases sociales altas bajo sus propios intereses. Las emisoras operaron como espacios de mediación e inter relaciona miento; de encuentro y diálogo.
Experiencias como ésas muestran de qué modo las radios han asumido también su ciudadanía, al asumir solidariamente demandas y propuestas de organizaciones y grupos sociales, pero también interviniendo con autonomía, con iniciativa y voz propia, remodelando las lógicas que escamotean, que encubren la condición de actores políticos de los medios de comunicación. En ese terreno, las luchas por los derechos a la información y la comunicación emergen como un campo de acción inexorable para las radios populares. Sabemos que el panorama legislativo y las políticas públicas de comunicación dominantes en nuestro continente restringen esos derechos e incluso en muchos casos ponen en inferioridad de condiciones y hasta en riesgo a las radios populares.
Son esas demandas colectivas las que constituyen eso que hoy nombra la ciudadanía ya no como un grupo de individuos poseedores legalmente de ciertos derechos y obligaciones, sino como actitud y condición asociada a la reivindicación de ser y contar, de tener arte y parte en las decisiones que afectan a la vida en sus múltiples dimensiones, por fuera de modos esencialistas de reducir la marginación a aspectos puramente económicos y de reducir los individuos a su pertenencia a un determinado sector social.
Ahora bien, seamos conscientes de que podemos mejorar en nuestro país, y mucho más aun sabiendo que nuestro Perú, puede. Debemos actuar libremente, sin miedo a ser escuchados… el éxito del Perú está en tus manos y en mis manos

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